El autor de 'La infancia desconocida de un Rey', acaba de concluir una biografía sobre Zoilo Ruiz-Mateos.
Sus libros son como él, un compendio de anécdotas cargadas de humanidad y analizadas desde un corazón que conoce el valor de la piedad y del perdón. Juan A. Pérez Mateos, escritor de amplio registro, ama las ciudades que están «hechas para andar y no tener estrés» y se ha convertido, sin proponérselo, en una especie de eslabón imprescindible en esa cadena de las últimas generaciones, cada vez más desunida por las costumbres y la desmemoria.
Con don Jose Maria Ruiz Mateos
foto Blanca
Resumen
EL PERFIL
La infancia de Juan Antonio Pérez Mateos (Palomero, Cáceres, 10 de mayo de 1941) transcurre entre su localidad natal y Villanueva de la Sierra, donde ahora, precisamente, al cabo de los años, ha rehabilitado un viejo molino de aceite que es su Sangri-La extremeño. Pero si su juventud se divide entre esos pueblos y Cáceres, donde cursó el bachillerato (y fue alumno de francés de una profesora que era nieta del general Espartero y de don Arsenio, compañero de Machado en Baeza) su vida profesional está ligada fundamentalmente al diario 'Abc', al que dedicó un volumen de más de 600 páginas titulado 'Historia íntima de un diario. Cien años de un 'vicio nacional' que es un buen compendio de la historia y la literatura del siglo XX español. Conversar con Pérez Mateos -un hombre marcado por un padre, médico rural culto y muy estricto con su educación: «Mi padre llegó a pegarme a las tres de la mañana con una bomba de la bicicleta. Me he tenido que quitar mis fantasmas. Ha sido muy duro. He sido un gran luchador», confiesa-, es escuchar la voz de un escritor que se reconoce interesado siempre por lo humano, «a mí lo que me va es lo humano», suele repetir, testigo de un tiempo y de unos personajes a los que devora la historia. Juan Antonio Pérez Mateos es capaz de tirarse horas y horas contándote anécdotas sobre José Sánchez Rojas, el escritor extremeño de Alba de Tormes que compartió dormitorio con Lenin poco antes de la toma del Palacio de Invierno; sus encuentros con el general Tito en el Adriático, los riesgos de una aventura en la Albania de Enver Hoxha o sus crónicas con los etarras desterrados en la isla de Ye. Casado con Estrella Tejedor y padre de tres hijos, políglotas y formados en universidades extranjeras, «son ingleses, como yo digo», fue uno de los primeros empresarios de minicines en Granada y Santander, fundador y editor de la revista 'Alcandora', tras una amplia trayectoria profesional que le llevó por el 'Ya', el nuevo 'Alcázar', 'Abc' o Televisión Española. Empezó Medicina pero abandonó la carrera. Se hizo maestro y llegó a ejercer en un pueblo de la Siberia extremeña. Esa etapa piensa recogerla en un libro que tiene in mente: 'Escrito con tiza, en la pizarra'.
Su bibliografía es abultada: 'Las Hurdes, clamor de piedras', 'Entre el azar y la muerte. Testimonios de la Guerra Civil' (Editorial Planeta); 'Los confinados' y 'La España del miedo' (Plaza y Janés); 'Juan Carlos: la infancia desconocida de un Rey', 'El Rey que vino del exilio', Colección 'Espejo de España', Editorial Planeta; 'El proceso a Besteiro' (Teatro). Premio Tirso de Molina, en colaboración con Manuel Canseco; 'Guía de Cáceres', El País-Aguilar; 'El toreo, una visión inédita', Alianza Editorial; 'Cáceres, piedra y fuego', una crónica sentimental del siglo XX, además de un puñado de libros sobre pintores o acerca del llorado ceramista extremeño Rafael Ortega.
Admirador de César González Ruano, de Eugenio D'Ors o de Pemán, este extremeño que reparte su tiempo entre Madrid, Salamanca y Villanueva de la Sierra (posee también una casa en Almazán, de donde eran sus suegros) cree que «el problema de las ciudades no es ya la masificación, sino la pérdida de la memoria cotidiana».
Y sueña con un proyecto: crear una Fundación para sus más de 450 cuadros, sus 8.000 libros y su valioso archivo.
Algunas personas que he tenido el honor de tratar.